¡Con cuanta dedicación y alegría empezaron su primera reunión! Nos encomendamos al Espiritu Santo con la oración que nos enseño el Padre Kentenich, cantamos María Mírame. También proclamamos a Lucas, 46-52, donde María proclama la grandeza del Señor.
En Schoenstatt es importante conocernos y establecer vínculos, por eso los grupos no deben ser muy grandes. Descubrimos muchos detalles en común y sentimos la cercanía de la Mater en nuestro corazón.
Fuimos a la Ermita a darle gracias a la Mater por este nuevo grupo de comunidad de corazones con la Mater.
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