Queremos llevar a la Mater a nuestros hogares para que Ella extienda su acción educadora a toda la familia como Compañera y Colaboradora de Cristo, desde el seno del hogar.
Consagrar el hogar como Santuario de María es pedirle a Ella que venga a habitar en nuestra casa y que implore sobre nuestra familia el "Espiritu de Dios-Familia", de manera que haga de nosotros una sola alma, un solo corazón unido para la Iglesia.
Cuando tenemos a Dios en el centro del hogar, nada es casualidad. La presencia de Gracias actúa de tal manera que se empieza a crear un nuevo tipo de relaciones familiares, una nueva forma de vivir el cristianismo en casa.
Esta invitación a nuestra Madre y Reina a que se establezca en nuestro hogar se logra a través de nuestras contribuciones al Capital de Gracias, ejerciendo así una "suave violencia" sobre Ella.
Mater: Nada sin Ti, nada sin nosotros. Mater desciende.
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