Muchos sacerdotes y peregrinos se acercaban a este lugar donde se sentía el recogimiento.
Había Adoración en el Santísimo a lo largo del día y confesión permanente.
La llama del Amor de Dios le dio fortaleza a la JMJ 2019. En esos días se sentía un cálido sentimiento de alegría y acogida.
Era un espacio de Adoración al Santísimo donde todos se congregaban.
Gracias Dios mío por tu protección y amor.
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