La Mater derrama sus gracias sin cesar. Esos jóvenes se llevan una gran dicha en su corazón.
La bandera de Cuba fue dejada en el altar como homenaje a este singular evento.
Con mucho recogimiento escuchan las palabras de la Consagración y responden con un SI que sale de lo profundo de su alma.
La Mater acoge en la Ermita con mucho amor a los nuevos aliados.
Gracia Mater por permitirnos ser instrumentos para estos nuevos corazones que se consagran a Ti.
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