Empezamos con la oración del Espíritu Santo y la canción: Señor enséñanos a orar.
Fue maravilloso abrir la Biblia en Lucas 11,1-4 y leer como Jesús nos enseño el Padrenuestro.
La oración es un encuentro con Dios y así lo sentimos todos. Nuestra iglesia doméstica que es la familia crece en la fe: "pareja que reza unida, permanece unida" Dios es la fuente de alegría y lo encuentro en todos los acontecimientos de la vida diaria.
Entre todos fuimos escribiendo frases sobre la oración y al unirlas en una sola, descubrimos una oración que como grupo presentamos.
Debemos orar al Señor para que aumente nuestra fe, que nos de profundidad y fortaleza. María nos puede enseñar este camino. Ella nos tomará de la mano y nos guiará.
Debemos ver a Dios en todos los acontecimientos, personas, sobre todo nuestro cónyuge y nuestros hijos. El es Amor. Debemos mantenernos en constante oración durante el día ofreciendo cada momento y agradeciendo por los dones de cada día. Aceptar su voluntad con alegría.
También en las cruces y sufrimientos encontraremos una razón o una aceptación para lo que no podamos cambiar. El tiene caminos para nosotros en ese sufrimiento que te acerca a su Cruz.
Con la lectura de Amoris Laetitia descubrimos en la oración en familia un medio privilegiado para expresar y fortalecer la fe. Encontrar unidos al Señor rogar por las necesidades de la familia y darle gracias por las cosas buenas.
Al final, rezamos nuestra oración: Señor, Dios Padre: ilumínanos, guíanos, enséñanos, protégenos con tu Amor y que el Espíritu Santo descienda con alegría en nuestras familias.