Cuando amamos realmente a una persona, ese amor nos hace salir de nosotros mismos. Amar es entregarse al otro hasta hacer pequeños y grandes sacrificios por la persona amada.
Cada día tenemos oportunidad de hacer pequeños gestos de amor por nuestro cónyuge: un buenos días con cariño, desayunar juntos, orar juntos, tiempo para dialogar, divertirnos, ayudar en lo que no le gusta hacer. Tambien pedir disculpas y admitir nuestros errores.
Es importante sacar tiempo para cultivar la ternura: a nivel personal, conyugal y general. Debemos de valorar nuestra relación, valorar los gestos de amor como medio para santificarnos.
Gracias Jesús por acompañarnos en nuestra Alianza Matrimonial.
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