A las luces del Evangelio y con la guía de nuestro querido Padre Kentenich, haremos un esfuerzo por autoformarnos para dejar de ser el hombre viejo y lograr ser el hombre nuevo: orgánico.
Hombre nuevo que desea educarse y desarrollar lo más posible su libertad, con la ayuda de la gracia de Dios.
Nos autoformamos al hacer lo ordinario, extraordinariamente bien y escuchamos la voz de Dios a través de nuestras oraciones, el Evangelio y los hermanos que nos rodean.
Libremente escogemos amar y ofrecemos como capital de gracias nuestros esfuerzos para autorrealizarnos.
Nuestro lema es Nada sin Ti Mater, nada sin nosotros. Así contribuimos al capital de gracias y también esperamos su apoyo para nuestra santificación.
Terminamos nuestra sesión con la firme voluntad de continuar en este camino.
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